Texto inspirado desde la lectura de "El largo camino hacia la libertad" de Nelson Mandela. En el Grupo: Lectores en Sanación.
La Justicia, es una construcción social, que anhelamos y buscamos por siempre, quizá es parte de la vida, mejor como la vida misma, llega con nosotros como elemento esencial, como la libertad, como el derecho a existir.
La justicia, trae consigo: equidad, alegría y saciedad.
La buscamos desde la ira, desde la indignación. Cuando nos vemos atropellados, mancillados, necesitados e ignorados.
La humanidad entera reclama justicia en todos los tiempos. En la mirada de un niño asustado, en la angustia de una mujer en pánico o en el sentir de un hombre vencido en la nada de su existencia.
Se añora en la carencia, en el abandono, en el maltrato y en el dolor, en el silencio o en el grito desgarrador, está la justicia ausente, perdida cual océano sin costa, sin litoral, sin cielo, sin lluvia.
La justicia está como una pregunta sin respuesta, en el sollozo y la tristeza solitaria de quien cree haber perdido algo que anhela o en el sueño de libertad de un pueblo invadido y sometido.
La justicia despierta conciencia, une la humanidad en el grito que reclama igualdad y respeto. La justicia se debilita ante la opresión ejercida desde el poderoso.
Hay poderes que someten, que desaparecen y aniquilan. Hay poderes que ayer como hoy crean sistemas para oprimir.
También hay poderes por descubrir: poderes llamados a construir un lenguaje que una a quienes no han sido escuchados, a todos aquellos para quienes la justicia solo es una idea perseguida a través del dolor, la pérdida y el sacrificio.
Un poder que construya el escenario propio para la justicia que sea como la luz y el aire que nos llega sin permiso, sin dosis sin límite.
Un poder cuyo origen sea la esencia desde la vida misma, con sus palabras, olores, sabores. Perteneciendo a cada uno sin llegar a la propiedad privada, sin ser exclusiva sin ser para nadie especial, siendo para todos en plenitud.
Un poder como la tibia luz que acaricia y embalsama el alma para perpetuar la humanidad en la vida plena: donde el SER brilla igual que el universo sin avaricia ni mezquindad.
Un poder que conozca la justicia y la ofrezca sin tener que ofrecerla, sin tener que recibirla porque está ahí donde está la vida.
Clara Emilce Sánchez Suar
26 de Febrero 2025, Bogotá.